lunes, 30 de abril de 2012

Suicidio

Imagen de http://imageshack.us
 
Queridos lectores,

No tenía pensado escribir sobre este tema, pero una reciente noticia de El País me ha motivado a ello. La noticia dice así: "La crisis cercena vidas en Italia". Se ve que en Italia cada día se suicidan dos personas por causas imputables a la crisis (dificultades económicas, principalmente), típicamente un empresario y un trabajador. Cada día. Y leyendo el texto se ve que aún pueden estar contentos porque en Grecia ya llevan 1.725 suicidios de esos en dos años (unos 5 al día), y eso que Grecia es algo menos de cinco veces menos poblado que Italia. ¿Qué pasa en España, país donde resido? Es difícil de saber, ya que hay un cierto consenso en no divulgar este tipo de noticias para no alentar a un comportamiento tan autodestructivo en gente ya susceptible. Y, sin embargo, algunas noticias se van filtrando, como por ejemplo ésta de El confidencial que sugiere que muchos accidentes de tráfico en realidad no son tales (aparte comenta otros problemas y da un rato revelador: en España se suicidan 9 personas cada día, aunque no sabemos cuántas de ellas lo hacen por razones imputables a esta crisis que no acabará nunca).


En realidad este triste fenómeno, el del suicidio provocado por la desesperación vital causada por la destrucción de las expectativas, es otra manifestación más de La Gran Exclusión. La gente va aceptando que los problemas que tiene, laborales, personales, de integración social, ... son en buena medida culpa propia y por ello, incapaz de superar su propio fracaso vital, algunos se suicidan. Especialmente vulnerables son aquellas personas autoexigentes y las que tienen que sacar adelante a familiares y se ven incapaces, superados por la situación. Contribuyen a agravar este problema los medios de comunicación y el discurso político estándar, que ve la situación actual como algo coyuntural que puede ser resuelto, en vez de ser una transición histórica que inevitablemente y por pura estadística lleva al paro y a la exclusión a un cierto porcentaje adicional cada año (España acaba de llegar al 24,44% de la población activa en el paro, por desgracia en línea con las previsiones que hacíamos en Diciembre pasado).


Todo el proceso puede también ser entendido como un proceso de crecimiento de la entropía social debido a la escasez de fuentes de energía con suficientemente baja entropía. La Gran Exclusión puede también ser entendida como un proceso en el que ciertos depredadores que ocupan los estratos sociales superiores fagocitan los recursos disponibles, arrojando entropía sobre su entorno y degradándose así las condiciones de vida para la mayoría. Pero no estamos alejando del foco de este post.


La clave es que la mayoría de esa gente que se suicida tiene una mentalidad tipo BAU, y no conciben que exista un modelo de vida diferente al que han conocido y con el que han modelado sus expectativas. De hecho, se suicidan porque consideran que sus vidas han llegado a su fin, una vez que -correctamente- entienden que nunca podrán volver a sus vidas anteriores.


El final de nuestras vidas en modo A no significa que no pueda haber una vida en modo B. Pero es justamente ahí donde radica la mayor dificultad. La de ver que puede existir otra vida, y que esta vida puede merecer la pena. Incluso, puede ser que en realidad esa vida B sea más satisfactoria y plena que la vida A, sin tantos agobios y más volcada en la familia, los amigos, la comunidad... Hablar de esa manera (vida sencilla, retorno a valores tradicionales, familia, amigos, comunidad...) está ya etiquetado desde la perspectiva BAU con el cliché de lo hippy, lo idealista, lo contracultural... lo infantil, en suma, y a dar esa visión han contribuido decisivamente los medios de comunicación. Es bastante natural, porque cuando había negocios para hacer no se podía consentir que una proporción significativa de la población se saliese del sistema; tal salida sólo era permisible una pequeña cantidad de personas y sólo a los efectos de ilustrar su disfuncionalidad, su discapacidad, su absurdo... en suma, para servir a la propaganda de que lo mejor es seguir en el calorcito del BAU.


Resulta, por tanto, muy complicado convencer a ese ejecutivo de una gran multinacional, ahora en el paro de larga duración a sus 40 y tantos años, de que podría ser un feliz zapatero remendón; incluso, resulta terriblemente arduo hacerlo con un albañil o el operario de una fábrica, por no hablar de tantos pequeños empresarios arruinados y empeñados (y habiendo dilapidado también ahorros de los familiares).


Al final de las charlas sobre el Oil Crash suelo decir que no debemos consentir que nuestro vecino pase hambre, que debemos hacer, cada uno de nosotros, un esfuerzo positivo por crear comunidad, por ayudarnos, para que el sufrimiento cercano no nos sea ajeno. Por el mismo motivo no podemos consentir que gente cercana caiga en el oscuro pozo de la desesperación y el suicidio. Porque ésta es una guerra contra todos, contra todos nosotros, y no hay nadie que sea menos valiosos. No consintamos que las fábulas absurdas creadas por un sistema disfuncional que agoniza y su aparato de propaganda arrastren a nuestros amigos, compañeros, hermanos...


¿Qué puedo hacer yo, qué puede hacer Vd, querido lector? En primer lugar, hacerlo entender. La gente tiene que saber que lo que le está pasando ni es culpa suya ni puede solucionarse, no desde una perspectiva convencional; pero eso no quiere decir que no haya salida. También será un primer paso de transición para nosotros mismos, si superamos el pasotismo y el miedo al rechazo, en línea con el individualismo que tanto conviene al BAU, y conseguimos evitar por lo menos una muerte evitable, inútil y dolorosa.


Salu2,
AMT

viernes, 27 de abril de 2012

Diario de trinchera: Viena

Imagen de http://julesandjames.blogspot.com

Otro viaje al extranjero. El tercero del año. Y sólo voy por la mitad, quizá menos. Justo en el momento en el que más estoy alzando mi voz para denunciar la insostenibilidad de nuestro sistema basado en el derroche de la energía barata y el consumo de masa cojo un avión y me planto en Viena, tres días, cuatro noches, con la mayor parte de mi grupo de investigación. La ocasión lo requiere: se celebra la Asamblea Anual de la Unión Geofísica Europea, un macrocongreso que cada año congrega a más de 10.000 especialistas del mundo entero, aunque en su mayoría sean europeos. Nosotros teníamos bastantes cosas que presentar en el gran escaparate de la geociencia europea, y además habíamos preparado una reunión específica junto con otros especialistas del continente para discutir el presente y el futuro de nuestro campo de trabajo en particular. Tres días intensos, por lo tanto. También, cómo no, para preparar con los colegas de más allá de las fronteras posibles colaboraciones, propuestas de proyectos conjuntos para conseguir financiación de instancias europeas y ya puestos, cuando el tiempo lo permite, hablar un poco de ciencia.


Desde el punto vista científico el congreso no ha ido nada mal (hablo en pasado porque para mi, aunque aún estoy en Viena, el congreso ya ha terminado). Hemos hablado de buena ciencia, hemos sentado la base para nuevas colaboraciones e intensificado las antiguas, y hemos visto nuevas posibilidades de financiación en Europa, cosa importante ahora que los fondos que podremos recibir en casa se van a reducir. Yo había querido apretar un poco más, sacar unos resultados espectaculares de última hora para dar el campanazo, el golpe de efecto, pero al final no hemos podido generarlos a tiempo a pesar del tesón y la abnegación del equipo (gracias Justino sobre todo, y también Caro por tu asesoramiento, si alguna vez llegáis a leer esto). En realidad no importa: acabaremos los resultados, los enviaremos a nuestros colegas por e-mail, los discutiremos. Ventajas de la época globalizada a nivel de comunicaciones en la que aún vivimos.


Lo interesante, una vez más, es lo que pasa en el contorno, en los alrededores. Son esas pequeñas fracturas de la apariencia de normalidad por las que poco a poco se va filtrando la tragedia de nuestro tiempo, un tiempo de liquidación y cierre, un lapso cenital.


Austria, a pesar de todo, vive en una burbuja de bienestar. A pesar de lo pequeño del país y de carecer casi de recursos naturales para la explotación en masa, aún retiene cierta actividad fabril y sobre todo un elevado nivel de servicios de los que se dicen "de alto valor añadido", muchos de ellos, financieros: Austria es la cabeza de puente hacia el este de Europa, lo que no es de extrañar: para alguien que vive en la Europa Occidental como yo resulta chocante ir por la autopista y ver direcciones como Brastislava, Estambul, Kiev o Moscú, y ver anotaciones quilométricas no completamente quiméricas. La situación en Austria, por tanto, es de un cierto y cómodo bienestar. Bienestar amenazado por las tendencias hacia la contención fiscal como las que preconiza este informe de la OCDE, pero se nota en la calle cierta relajación y un alto grado de civilidad: la gente no se cuela en un metro para el acceso al cual no hay torniquetes, las personas esperan pacientemente a que el semáforo se ponga en verde aunque no haya un coche que venga en centenares de metros (ayer creo que me señalé bastante cuando crucé una calle "a la latina"), la gente habla en voz baja y se respeta, todo el mundo te sonríe y te atiende amablemente.


Y, como digo, incluso en esta burbuja de bienestar se perciben pequeñas grietas, pequeños desajustes.


Es esa noticia que dan en el telediario local de gente que reposta en las gasolineras y después se va a toda prisa sin pagar, para general estupefacción de las gentes de un país tan educado y correcto. Son esos anuncios en los que denuncian el despilfarro en la compra del EuroFighter y en grandes obras locales y luego lo contraponen a recortes en la Sanidad (el anuncio es de un seguro privado y aprovecha para venderse). Son esas joyerías en pleno centro que, acostumbradas a vender a precios de cuatro cifras no reciben ya la visita ni del revisor del gas y ponen su mercancía a la venta con rebajas del 50% (¡y aún así siguen en las cuatro cifras!). Es, en suma, esa Austria donde el temor al futuro crece y con él la xenofobia, el nacionalismo y el populismo.


Hace cuatro años, la última vez que estuve en Viena, la ciudad estaba en obras. Cuando he vuelto aún había numerosas obras por toda la ciudad. Durante días he pasado por los complicados desvíos, en medio de todas las verjas de la obra, que tenía que hacer para llegar al metro desde mi hotel, y siempre me parecía que había algo raro, pero no sabía qué. Y hoy, mientras salía para ir a cenar con mis compañeros y he pasado una vez más entre la maraña de obras de Südtiroler Platz, de repente me he dado cuenta de qué pasaba. No he visto en toda la semana un operario trabajando. De hecho, no hay máquinas. De hecho, ni siquiera hay material (y no creo que sea aquí por temor a que se lo roben), sólo he visto un palé vacío, y el resto despejado: nada de restos de material.




De hecho, en una parte no asfaltada ha crecido mucha hierba, que tiene pinta de llevar meses ahí sin que nadie la pise. Y me ha reafirmado mi impresión la cantidad de dientes de león intactos que he encontrado en una zona más resguardada del viento.




Y es que parece que la austeridad obligatoria ha llegado a Viena. Ya no se construye las cosas como antes, y todas las obras de mejora de circulación viaria que se estaban emprendiendo en Südtiroler Platz están paradas, haciendo en realidad más difícil la circulación.


Volviendo de la animada cena, repaso algunos momentos importantes de estos días, y de repente me acuerdo de una curiosa y por momentos surrealista conversación con un colega norteamericano. Comenzamos hablando de ciencia, después enfatizamos el interés de una política de apoyo mutuo por las dificultades para mantener nuestras líneas de trabajo y de ahí casi naturalmente empezamos a hablar de las dificultades económicas. Ahí el americano me dijo: "Ah, nosotros sí que tenemos recortes, no como Vds." y yo: "Pero qué dices, nosotros estamos fatal". El americano (extrañado): "¿Ah, sí? ¿Peor que nosotros? Nosotros estamos fatal, nos están recortando de una manera vital, no nos llega para pagar a mucha gente". Y yo: "Pues nosotros estamos prácticamente en situación de bancarrota; vamos, que por que España es too big to fail, que si no ya estaríamos quebrados". Extrañeza de los dos delante de las palabras del otro. Recuerdo también encontrarme en los pasillos con el ceño fruncido de esa colega de una importante institución oceanográfica europea, tras saber que la dirección de su instituto ha decidido que tienen que hacer nuevos sacrificios, y eso después de haber sufrido un ERE del 25% de la plantilla hace un mes...

Sigo caminando por las mortecinas calles (oscuras para un estándar español: en España se ponen unas luminarias brutales, en tanto que en Europa se es mucho más comedido, desde siempre). Viene a mi mente la carta del presidente del CSIC  dirigida a todos los investigadores de la institución (o sea, a mí también) que he leído justo antes de salir. El presidente nos anuncia que, de acuerdo con el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE), nos sobreviene un recorte brutal en la asignación del Estado al CSIC. Hace unos días se publicitaba que el recorte del presupuesto del CSIC sería pequeña, de sólo un 3%, lo que se consideraba normal después de haber sufrido un recorte de más del 30% en dos años. Pero lo que ahora hemos sabido es que el presupuesto baja poco, pero la parte del presupuesto que viene directamente del Estado baja bastante (yo diría que un poco menos del 20%), mientras que los PGE asumen que aumentaremos mucho el dinero que ganaremos con proyectos conseguidos en convocatorias competitivas y en contratos. El desfase entre los gastos corrientes y la asignación directa del Estado es de 173 millones de euros, y el presidente del CSIC nos conmina a ser austeros y eficientes, de caras a evitar tanto como sea posible que los Recursos Humanos se vean afectados. Yo he hecho cuatro números y las cifras no me salen, y eso sin tener en cuenta que las empresas invierten cada vez menos en I+D... 


Tengo ganas de volver al hotel, tengo ganas de coger mañana ya el avión y volver a casa. La bolsa española no acaba de ir bien; de hecho, va de mal en peor, y ya sabemos que si el Ibex se va de forma persistente por debajo de los 6000 puntos podemos sufrir graves consecuencias. Recuerdo que hace unos meses Austria fue reticente a financiar el plan de rescate de Grecia. Seguramente les pudo el miedo a verse arrastrados por la caída del país heleno. Es el vértigo ante el abismo. Que pasaría si España también lo necesitara... Too big to fail...


Es hora ya de volver a casa.









miércoles, 25 de abril de 2012

Una visión sobre el impacto y desarrollo del Oil Crash

Queridos lectores,
Estos días estoy en Viena, con escasa conexión a internet y poca capacidad de intervenir (si sus comentarios quedan atrapados por el filtro de spam, no insistan y esperen a que los libere yo). Para cubrir mi ausencia, aquí tienen la nota que sobre problema del Oil Crash ha escrito Darío Ruarte, para que Vds. la debatan.

Salu2,
AMT


¿En qué punto los faltantes de petróleo impactarán sobre la economía y la sociedad de un modo irreversible y global ?
Por: Darío Ruarte
La gran mayoría de los que participamos en este blog -y otros foros relevantes vinculados al tema del petróleo- coincidimos en suponer que avanzamos rumbo a una crisis vinculada a la disminución en la producción de petróleo o bien por los excesos no cubiertos de una oferta estancada ante una demanda creciente. En este caso "oferta en disminución" o "demanda creciente frente a oferta estancada" pueden ocasionar faltantes de petróleo para la sociedad.
Aceptamos además que dichos faltantes, tendrán un impacto muy profundo en la economía y la sociedad. llegando incluso a la posibilidad de alterar profundamente lo que hoy entendemos como "civilización". A esta circunstancia tan cruel y dolorosa solemos indicarla como "crash oil".
Donde solemos encontrar algunas divergencias no es en este punto sino en el "tiempo" en el que dicho acontecimiento pueden ocurrir. Algunos vislumbran esa situación como algo relativamente próximo (tan próximo que justifica tomar medidas inmediatas a nivel personal YA), mientras que otros, aun aceptando que podemos -y tenemos- que tomar medidas individuales, asumimos que existen plazos mayores y que incluso, hay grandes probabilidades de que las sociedades -y la economía- realicen adaptaciones que permitan un ajuste global de todo el sistema sin que el mismo llegue a colapsar.
Aquí estoy obligado a hacer un alto en el camino para separar estas cuestiones:
a) Los plazos son relativamente extensos (hablamos de décadas).
b) Las sociedades dentro de esos plazos realizarán ajustes y adaptaciones muy profundos.
c) Los ajustes y adaptaciones serán capaces de evitar un caos o "crash" o disgregación social profunda.
Bien, sólo puedo defender con cierta confianza los puntos "a" y "b" (plazos y ajustes) pero, no estoy en condiciones en este momento de sustentar con firmeza que el "c" sea posible. El hecho de que los cambios, ajustes y adaptaciones sociales sean o no capaces de evitar un "crash" en el futuro es algo que no puedo asegurar.
En cualquier caso mi tesis es que ese eventual "crash oil" no ocurrirá de modo inmediato o en los plazos casi perentorios con los que a veces se lo espera en la zona de comentarios del blog. Aún cuando la sociedad no sea capaz de evitarlo en el futuro su ocurrencia será dentro de varias décadas.
Dicho lo cual podemos empezar planteando nuestra hipótesis de trabajo para poder desarrollar su defensa luego.
El planteo de este artículo es el siguiente: Estamos a 20-40 años de un posible -aunque incierto- 'punto de ruptura' social y económica motivado en la disminución del suministro de petróleo (crash oil).
Las dificultades para poder defender este enunciado son enormes porque casi todos los datos que son necesarios para ello, o bien son inciertos, o bien son tan dinámicos y fluidos que, cualquier previsión que pudiere hacerse de los mismos atendiendo su actual posición o valor, se verá severamente modificada en el futuro.
Dicho de otro modo: Si se pretendiera tomar los valores de la producción y el consumo y jugar con las cifras estimando su crecimiento/decrecimiento (al estilo de los estudios del "Club de Roma") las dificultades inherentes al cálculo convierten dicho ejercicio en un esfuerzo que escapa a las posibilidades de "una persona". Para trabajar en base a datos y modelos -y con la certeza de que los mismos son reales y sustentables- se requiere de un equipo y de recursos que exceden el trabajo meramente individual.
Sin embargo no existe un único modo de aproximarse a la comprensión de un fenómeno. Se pueden desarrollar sofisticados escenarios probabilísticos con una elevada dosis de matemática, equipos humanos y poder de cálculo, o se pueden realizar análisis heurísticos y es con este enfoque que trabajaremos.
Los procesos humanos (sociales y económicos) tienen una gran fluidez pero no escapan al hecho de pasar por ciertas FASES O ETAPAS. Bien es cierto que en algunas ocasiones determinados sucesos pueden ocurrir saltándose alguna de ellas pero, en general su ocurrencia es esperable con un alto grado de probabilidad.
Así como cuando se coloca agua a hervir, antes de que se produzca el hervor propiamente dicho ocurren una serie de cambios o indicios (burbujas que empiezan a desprenderse, primeras señales de vapor), en los hechos humanos y económicos estas circunstancias también están presentes y, no podemos esperar entrar en el "crash" sin antes pasar por ellas.
Aún cuando existe un elevado nivel de subjetividad a la hora de calificarlos y definirlos, voy a proponer SIETE (7) momentos o etapas o indicios que tienen que ocurrir de modo PREVIO a un crash oil.
De un modo mucho más dificultoso aún, voy a tratar de asignarles luego un valor temporal -aún sabiendo que esto es un territorio realmente cenagoso e incierto-.
Aún así, esta es una "hoja de ruta" que les servirá para posicionarse temporalmente dentro del fenómeno. Lo importante de estos elementos es que, hasta que NO OCURRAN, NO HAY CRASH.
La buena noticia -ya lo verán más adelante- es que, incluso OCURRIENDO estos hechos o señales el crash no está asegurado. Existen algunas "puertas de escape" que nos pueden llevar a nuevos puntos de equilibrio sistémico.
Antes de entrar de lleno en la materia tengo que hacer TRES (3) consideraciones previas. Las mismas iluminan el resto del análisis por lo que me veo obligado a plantearlas en esta etapa:

A.- Impacto real del petróleo. Matriz de Energía Primaria.
Asumo que todos sabrán que el petróleo representa entre un 35% a un 40% de los ingresos de energía al sistema.
Esto es variable de país en país pero, globalmente tenemos una participación del 40% de petróleo, 35% de carbón, 10% de gas, 5% de hidroeléctrica, 3% de nuclear, 3% de biomasa y un 4% de "todo el resto" (biocombustibles, eólica, fotovoltaica, etc.).
Ejemplo 1: Matriz Energética de ChileFuente: http://www.energiaymedioambiente.cl/matriz-energetica

Ejemplo Dos: Estimaciones Globales Matriz Mundial para el 2030Fuente: http://www.informeindustrial.com.ar/imagenes/grafico%20nota%20energia.jpg

Dado que el "peak" para las otras fuentes no es tan inmediato como para el petróleo, cabe esperar que las "disminuciones" empiecen por allí. Los autores esperan caídas de entre el 2% anual (los más optimistas) a un 6% anual (los menos amables).
Un primer detalle a tener en cuenta entonces es que estas disminuciones aún NO las tenemos. Las esperamos, las vemos próximas, las intuimos pero, si revisan los gráficos de producción lo cierto es que NO las tenemos aún.
Y, cuando empiecen, si bien su incidencia será diferente de país en país, a nivel global tienen que tener en cuenta que un 6% MENOS en petróleo sólo significa un 2.4% MENOS en el total de la matriz energética.
Dicho de otro modo… cuando el suministro de petróleo haya bajado un brutal 30% (cosa que aún NO empezó a ocurrir siquiera y, en las hipótesis más pesimistas tomaría cinco años en ocurrir a una elevada tasa del 6% anual) representaría para el mix de energías totales un 12% de disminución.
Sin duda el impacto sobre el transporte (autos, barcos, aviones) será muy grande porque, para ese segmento el petróleo representa el 90% de sus consumos. También lo será para la economía (las grandes industrias están vinculadas a esos sectores) pero, no es lo mismo pensar que si el petróleo baja en un 30% TODO baja en un 30% a entender que hablamos sólo del 12% sobre el mix total de energías.
Es importante tener en cuenta que "cinco años" (en las hipótesis más pesimistas) no ocurren sin que se lleven a cabo MUCHOS CAMBIOS capaces de compensar -al menos parcialmente- ese 12% de "menos" en la matriz de energía.
Difícilmente el mundo "crezca" alegremente con un 30% menos de petróleo pero eso no significa que no habrá "otras" energías disponibles para cubrir en parte esos faltantes.

B.- La incidencia de los hechos atípicos (el cisne negro)
En todo análisis hay que dejar en claro que se hace "ceteris paribus". Esto significa que, se parte de la premisa que "el resto de las condiciones se mantienen constantes".
Para una definición más extensa de "ceteris paribus":
Es obvio que si acontece un hecho catastrófico y no esperado (ataque terrorista a grandes refinerías u oleoductos en Oriente Medio, Guerras Mundiales, etc.) todo el análisis puede resultar inadecuado. Pero, mientras se mantengan la dinámica actual de las cosas, aún con todas sus deficiencias, defectos y malas asignaciones de recursos, el análisis que voy a enunciar es sustentable y defendible.
También es importante tener en claro que el 'cisne negro' puede operar en el sentido inverso y, la innovación o la tecnología o la ciencia llegar a un punto donde, determinadas tecnologías puedan asegurar una gran cantidad de energía (caso del combustible de algas o la elusiva fusión nuclear por citar dos casos con el potencial de lograrlo).
Queda aclarado entonces que este análisis no cubre hipótesis de "cisnes negros" (*)
(*) La expresión "cisne negro" se usa para definir hechos atípicos y no predecibles y ha tomado fama gracias Taleb Nassim Nicholas y su libro del mismo nombre.

C.- Una hoja de ruta preexistente.
Para terminar con estos precedentes tengo que poner a vuestra disposición un gráfico que obra en mis archivos hace ya bastantes años (si se fijan está hecho en la época de la Presidencia de Bush hijo, alrededor del año 2008).
No tengo la fuente para citar -si alguien llega a encontrarlo le agradeceré que la consigne- ya que lo recupero directamente de mis archivos. Hace años lo copié y no tengo ahora modo de ubicar el sitio web del que lo obtuve (perdón autor del gráfico por no poder dar la cita completa).
Como podrán advertir, el autor establece una "hoja de ruta" que presenta algunas particularidades muy interesantes y sobre las que regresaré a medida que desarrolle el análisis de las fases que, entiendo, deberán ocurrir de modo PREVIO a que podamos considerar que ingresamos a una "zona de crash".


Analizar este gráfico y sus interesantes consideraciones podría servirnos para toda una nota en si misma pero, en este caso voy a usarlo sólo como una fuente de referencia adicional.
Aclarados estos tres puntos preliminares ingresemos ahora al detalle de aquellos factores que, tendrían que presentarse ANTES de que un crash ocurra.

Factores, Indicios, Momentos o Etapas previas a un crash vinculado a faltantes de petróleo.
1) Precio a niveles críticos:
Antes que las estadísticas nos muestren un aumento de la demanda imposible de cubrir por la oferta o una disminución de la producción nos enfrentaremos a una "crisis de precio".
Esto es -y tomen nota porque es un factor MUY IMPORTANTE- que el precio del barril de petróleo tiene que subir de un modo que resulte sorprendente, llamativo y, si me permiten la expresión… brutal.
Hablamos de una suba a U$S 180-240, que ocurrirá de un modo más o menos rápido y que en principio no podría atribuirse a un hecho claro (atentado en refinería u oleoducto o guerra, etc.).
Es muy posible que la prensa busque explicaciones varias y que, la más usada sea que se debe a la "especulación desbocada" pero, en realidad se deberá a que los grandes actores del mercado, aquellos que tienen las "cifras de verdad" (a las que los simples mortales no tenemos acceso) SABRAN que la demanda ha excedido la producción o que la producción está bajando de un modo irreversible.
Este hecho tiene que ocurrir ANTES de un crash. Sin este hecho NO HABRA CRASH.
2) Problema incluido en la Agenda Política.
Un segundo factor que tiene que ocurrir ANTES de un crash es que el tema del petróleo llegue de LLENO a la agenda política.
Hoy, los políticos "mencionan al pasar" este tema pero no es parte central de la agenda. Al ser un problema MUY GRAVE ningún político será tan loco de incluirlo en su agenda -buscando soluciones- sin que LOS HECHOS no lo obliguen a ello.
Aún cuando los políticos "sepan" que, más temprano que tarde les tocará el "peak oil" lo cierto es que rezan por las noches que "no les toque a ellos" sino que sea un problema "del que siga". Así funciona el sistema. Lo mismo ocurre con los problemas del sistema previsional -marcha a la colisión, lo saben, pero es un problema "del que venga"-.
No hay crash posible sin que el tema se convierta en PARTE CENTRAL DE LA AGENDA POLITICA.
Y, no lo hará mientras el punto previo -precio desbocado- no ocurra. Son dos hechos extremadamente vinculados porque operan como "causa/efecto" de un modo lineal. Primero el "gran aumento de precios de los viles especuladores" y luego "el gobierno se ocupará prioritariamente de este tema aunque importe grandes sacrificios a la población".
Hay dos "sub-efectos" en este punto pero no quiero detenerme a un nivel de detalle tan específico.
Uno de los efectos es que se tomarán MUCHAS MEDIDAS de ahorro y sustitución -que bajarán el consumo y bajarán el precio- y el segundo es que la economía entrará en una fase de RECESION y/o LEVE DEPRESION vinculada a estas medidas.
No habrá crash sin que antes los políticos hayan "tomado medidas valientes" y las mismas apacigüen el crecimiento y bajen el precio del petróleo que habrá subido por los "malvados especuladores".
3) La era de las medidas idiotas y las medidas inteligentes.
Es en esta etapa durante la cual los gobiernos adoptarán una gran cantidad de medidas. Muchas serán muy inteligentes, otras entrarán en el "Libro Guiness de la idiotez".
Se promoverá la instalación de fotovoltaica y eólica a cualquier coste (en algunos casos de modo muy inteligente y en otros de modo completamente idiota), se promoverán ahorros y sustituciones de todo tipo (la mayoría serán virtuosos), se buscará regular muchos mercados (alimentos, energía), en general de modo idiota, se tratará de sustituir los vehículos de explosión por otros eléctricos (idiota) etc., etc.
Si se fijan en el gráfico que coloqué más arriba, este momento estará en la zona donde el autor coloca el "Alternative Energy Spike"
Sin esta etapa de medidas y acciones "inteligentes e idiotas" no se llegará al crash. Forzosamente la sociedad pasará por esta etapa ANTES de colapsar.
4) Crash en los "canarios en la mina"
El siguiente efecto que tiene que ocurrir PREVIO a un crash es la caída de uno o varios "canarios en la mina".
Mientras que los países más sólidos, mejor estructurados, con liderazgo político más firme e inteligente o mayores recursos se "ajustarán" a las medidas vinculadas a la suba del precio que precederá los DATOS CLAROS de que YA ESTAMOS EN PEAK, habrá algunas zonas o países más débiles que ingresarán en un terrible caos.
No me atrevo a decir si esto ocurrirá en Pakistán, en la India, en Guatemala o en Costa de Marfil -o en todos esos sitios al mismo tiempo- pero, el elevado precio del petróleo y la dificultad para conseguir suministro del mismo, hará que países más débiles sucumban como un adelanto de lo que puede ocurrir luego al resto del mundo.
Sin estos "mini-crash" previos en los "canarios en la mina" no habrá crash global.
Justamente la sorpresa y el dolor que causará en los ciudadanos de los países más desarrollados o avanzados estas noticias, será lo que facilite que acepten sin chistar las DURAS MEDIDAS DE AJUSTE que sus políticos adoptarán en la fase de "las políticas inteligentes e idiotas".
5) La Depresión.
Las duras medidas adoptadas durante la etapa de "inteligencia e idiotez" permitirán sostener el "BAU" (business as usual) durante algún tiempo. No en crecimiento sino como "modelo".
Sin embargo, la propia dinámica del sistema, al no poder crecer durante varios años (y la convicción de que no podrá hacerlo nunca más en el futuro) llevará a la economía rápidamente a una "Gran Depresión".
Las bolsas de valores tienen que caer fuertemente -o colapsar-, grandes sectores industriales tienen que morir o reducirse a la mínima expresión (aerolíneas, automotrices, turismo).
Todos estos hechos tienen que ocurrir de modo PREVIO a cualquier situación que podamos denominar como "crash" aunque, para muchos, esta gran depresión ya será un "crash" en sí mismo.
Anoten que, durante este período, más y más países SI INGRESARAN en su "crash" particular. Son aquellos más débiles, pobres, frágiles o peor articulados. Ellos irán "por delante" en la escala de acontecimientos.
6) El racionamiento y las regulaciones extremas.
Ante la imposibilidad de mantener el BAU en funcionamiento, de modo más rápido o lento la época de las medidas "idiotas e inteligentes" irá dando lugar al RACIONAMIENTO y las REGULACIONES EXTREMAS.
La muerte de los sucesivos "canarios en la mina" allanará psicológicamente el camino para que la gente acepte la pérdida de derechos y la reglamentación profunda de casi todos los aspectos de la vida cotidiana.
Este es el penúltimo paso ANTES de que un crash en toda la regla ocurra y, si no han llegado a esa etapa no están aún "en el crash".
Se prohibirá usar vehículos particulares o se cuotificará la gasolina disponible, habrá regulaciones especiales para la producción de alimentos, muchas industrias serán reguladas desde el Estado, etc., etc.
7) Los grandes cambios.
Este punto es muy importante. Puede o no ocurrir y puede o no "salvar a la civilización".
Si algunas sociedades son capaces de dar "el gran salto" necesario para asegurar la supervivencia del sistema, tendrán que encarar para ello cambios de un magnitud y calado que hoy nos resultan casi ininmaginables y, desde ya, están fuera de cualquier agenda.
Estamos hablando de políticas de natalidad restrictivas, de modificaciones profundas en los sistemas económicos (rumbo a una mayor planificación), de autorizar y permitir la eutanasia, de alterar y modificar las reglas de la democracia y otros asuntos de esta magnitud y significado.
Si estas medidas se adoptan junto a grandes cambios en las tasas de uso de la energía, un mundo muy diferente al que hoy conocemos pero DE NINGUN MODO en crash, seguirá adelante.
Si estas medidas no se adoptan o son insuficientes para ese momento, eventualmente habremos llegado al punto del crash pero, NO HABRA CRASH sin haber pasado previamente por la etapa de los "grandes cambios".
8) El Crash eventual.
Y finalmente, para regocijo de aquellos que se han comprado el barco, o se han ido a vivir a la granja o están a punto de abandonar su carrera de odontología para dedicarse a la permacultura y la elaboración de alimentos envasados con técnicas del S XIX, si TODO LO ANTERIOR ya ha ocurrido sin la posibilidad de llegar a "puntos de equilibrio sistémicos" tendremos finalmente el CRASH.

Lo expongo de otro modo… aquellos que esperen un pasaje sin anestesia y en dos tardes del "mundo actual" al "crash" morirán de aburrimiento esperando.
No hay modo "sistémico" (salvo por acción de un 'cisne negro') de que ocurra un CRASH, entendido este como una pérdida masiva y global de las variables básicas de una sociedad organizada, sin haber pasado previamente por las etapas antes indicadas.
Es claro que, en ciertos países y zonas (las más pobres, las más frágiles, aquellas con menores recursos y muy poca cohesión social) los "crash locales" ocurrirán MUCHO ANTES pero, hablamos de la civilización como un todo y, en ella, forzosamente tenemos que vivir estas etapas de modo previo.
Y para cerrar este -ya muy extenso tema- sólo quiero señalar dos aspectos finales:
A.- El "Punto 7".
Les decía que el "Punto 7" era muy particular. Puede que las sociedades asuman los grandes sacrificios que deberán enfrentar para LOGRAR UN PUNTO DE EQUILIBRIO SISTEMICO y, de este modo, evitar para un muy extenso período -si no para siempre- el desplazamiento a un "crash global" o puede que sean incapaces de hacerlo y, en ese caso, la situación ya no tendrá frenos.
Pero, la última batalla de la civilización por no desaparecer -de no surgir un cisne negro favorable que le evite realizar estos inmensos cambios- se dará en el "Punto 7" de esta secuencia que indico.
B.- Extensión temporal del proceso.
Estos siete hechos, momentos, etapas o indicios que deben ocurrir de modo PREVIO a un crash, tienen una duración que resulta muy dificultosa de establecer -nadie tiene la bola de cristal para ello- pero que, al menos a nivel de hipótesis, estimaré de un modo general.
Además, hay que tener en cuenta que, muchos de ellos se solaparán "pisándose" mutuamente. La etapa de "Depresión" y la de "Racionamiento" perfectamente pueden coexistir. El "crash de los canarios en la mina" y la etapa de las "Medidas idiotas e inteligentes" seguramente van a darse en marcos temporales superpuestos o muy cercanos.
Esta estimación temporal sólo la ofrezco a efectos de tener una HIPOTESIS DE TRABAJO que pueda servir para tomar decisiones personales. No puede ser exacta de ningún modo.

1) Precio a Nivel Crítico: Esto puede ocurrir desde "ahora" (0) y dentro de los próximos cuatro (4) años.
2) Agenda Política: La etapa de "valor político" para asumir políticas de ahorro, sustitución o reducciones puede durar entre tres (3) a cinco (5) años. Su velocidad dependerá de la tasa efectiva de disminución en el suministro de petróleo que no pueda ser cubierta por otras fuentes.
3) Medidas idiotas e inteligentes: Este período puede ser muy extenso. Si bien está estrechamente ligado a la tasa de decrecimiento del petróleo puede durar entre cinco (5) a diez (10) años.
4) Crash en los "canarios en la mina": Esto puede ocurrir solapado a las otras etapas pero, sólo para mantener la hipótesis sencilla la estimamos en un período de dos (2) años.
5) La Gran Depresión: Por su propia naturaleza, es un período caótico pero de bajo consumo. Puede rondar los tres (3) años en su desarrollo.
6) Racionamiento y Regulaciones Extremas: También por su propia naturaleza es un período con gran potencial de ahorro, sustitución y baja de los consumos. Su duración puede oscilar entre cinco (5) y diez (10) años.
7) Los grandes cambios: Un momento incierto y muy difícil de estimar. Puede abarcar un período de cinco (5) años.

Dadas estas estimaciones de "mínima" y de "máxima" -y reiterando el altísimo grado de especulación en relación a su posible duración temporal, tenemos entonces que un proceso capaz de llevar a la civilización desde el punto actual a un crash global, no puede tomar menos de 20 años (mínimo) y perfectamente puede extenderse a los 40 o más años (máximo).
Si fuera posible tomar el "promedio" estamos en tres décadas (30) años.
Paradójicamente, porque IGNORO qué tipo de estimaciones ha usado el autor del gráfico que indiqué en "Hoja de Ruta", el punto de una posible "anarquía final" -y siempre que la misma no pudiera ser corregida en el "Punto 7"- coincide con la que expongo como "valor máximo" y se sitúa para dentro de unas cuatro décadas y en torno al año 2055.

lunes, 23 de abril de 2012

"The Oil Crash" llega al millón de páginas vistas


Queridos lectores,

En la madrugada del día de hoy, poco antes de las 00:30, "The Oil Crash" ha llegado al millón de páginas visualizadas. Desgraciadamente no he podido inmortalizar el momento ya que el formato del marcador que había pierde la última cifra significativa, y para cuando lo cambié ya habían pasado dos vistas más del millón. Tengo, sin embargo, la estampa que abre este post, de unos segundos antes, con la también impresionante cifra de 999,999 páginas visualizadas. Ha querido el destino que la página visualizada 1,000,000 lo haya hecho durante el tiempo que el post número 200 ha ocupado la primera plana. Así que, ya ven, todo son números redondos.


Aunque reconozco que llegar a estos números me produce cierta ilusión, no hay que caer en la banalidad. Y es que, contrariamente a lo que podría parecer, la discusión de un problema tan grave para la sociedad como lo es la llegada del Peak Oil sigue siendo un problema muy minoritario, como ya explicamos hace 4 meses al analizar el recorrido de este blog. La propia herramienta de Google, Google Analytics, nos proporciona toda la información. Desde que instalé el perfil, poco después de re-abrir el blog en blogger, allá por el verano de 2010, han entrado en esta blog 13.285 usuarios diferentes (y sí, esta cifra es discordante con la de hace 4 meses. Misterios del Google Analytics). De éstos, el 64,17% son visitantes recurrentes y el resto visitantes nuevos. Es decir, sólo hay 8.525 visitantes que hayan entrado en este sitio más de una vez (los otros o buscaban otra cosa o esto no les interesó). Fíjense que ese número cuadra perfectamente con las cifras de páginas vistas: unos 8.000 visitantes multiplicado por 200 posts da 1.600.000 páginas vistas, más de esa cantidad (gracias Forrest por señalarme el error aritmético). La mayoría de los lectores han llegado con la fiesta empezada y así la media de posts leídos será bastante menor que 200, pero si estos visitantes entran unas 6 veces en promedio a cada post (para leerlo, para comentar, para ver los comentarios, para ver si ya se ha publicado el siguiente post, para buscar un enlace que le interesaba, para enseñarle algo a un amigo) ya tenemos grosso modo la cifra.

En suma, y como se argumento en su día, la gente concienciada es una minoría. España ha aportado el 77,08% de estos visitantes, lo cual vendrían a ser unos 6.500. Comparen esas 6.500 personas concienciadas con los 46.000.000 millones de habitantes de España y verán que el impacto real de este blog es del 0,014% de la población (en el caso de España). Por supuesto no toda la gente preocupada por el Peak Oil entra en este blog, pero el número ya nos da una idea de que el total de personas que conocen y comprenden el problema y su gravedad será sin duda inferior al uno por mil, y posiblemente inferior al 2 por diez mil (porque los círculos del Peak Oil también son bastante cerrados y al final todos acabamos nadando en las mismas aguas).

En fin, que está bien llegar a estas marcas, pero no se equivoquen: queda mucho trabajo por hacer.

Salu2,
AMT

P.Data: Me voy unos días a Viena. Intentaré publicar desde allí el post que ya me envió Darío Ruarte y alguno mío que tengo a medio escribir, pero los tiempos de respuesta pueden alargarse, y quizá, al no controlar el filtro de spam, éste haga de las suyas. Paciencia, si llega el caso.

viernes, 20 de abril de 2012

Entropía

Imagen de http://somethingsurprising.blogspot.com
Queridos lectores,

Paso con cierta frecuencia al lado de un colegio, a un rato caminando desde mi casa. Como soy de natural curioso, me he ido fijando en algunas cosas de este centro público del saber elemental. Más concretamente, en sus cerramientos exteriores. Tiene el colegio un muro exterior de un metro y medio de alto, más o menos, y encima de éste una valla metálica. No sé cuántos años tiene el colegio, pero por su aspecto exterior yo diría que tiene unas pocas décadas de antigüedad; seguramente data de la segunda mitad del siglo pasado. El caso es que el paso del tiempo ha dejado ya alguna mella en el muro exterior, como se ve en la siguiente foto:




Aparte de la pintada que afea un poco el muro se aprecia que uno de los ladrillos está ligeramente roto. Un golpe un poco más fuerte de la cuenta, quizá un balonazo en una parte del ladrillo que coincidió que era más frágil, quizá una mala maniobra de una furgoneta de reparto... un hecho fortuito y puntual. Un poco más adelante se percibe otro problema que tiene pinta de ser más estructural:




La valla de metal está abombada, quizá por la acción del viento (que sopla a veces muy fuerte en estas comarcas) o bien por los ciclos de dilatación térmica. Sea como sea han tenido que soldar una barra horizontal (la de color verde; la blanca que se ve en segundo término es una portería de fútbol) que sólo está presente en esta sección de la valla. El problema que se ha presentado aquí es lo suficientemente persistente como para que se haya tenido que adoptar una acción para mantener la integridad estructural de la valla, aunque tal acción no está exenta de sus problemas.


En otra zona del muro el problema es otro: la competencia de otros seres vivos (líquenes y musgos) que van poco a poco minando la integridad de los ladrillos:


Se observa que el musgo, que crece vigoroso entre las junturas de los ladrillos, va poco a poco separándolos y haciendo mayores las grietas por donde se filtra el agua de lluvia; en unos pocos siglos la acción de la vida será la muerte o destrucción del muro. Por supuesto los seres humanos no se quedan de brazos cruzados y en algunos sitios han limpiado los ladrillos de líquenes y musgos, o bien al reparar otros desperfectos han puesto ladrillos nuevos, todavía no cubiertos:




Todos estos ejemplos banales, cotidianos, ejemplifican la preminencia y realidad de un concepto básico en Termodinámica y muy pocas veces entendido: la entropía.


Aunque hay cierta tendencia en los foros de internet, sobre todo en los abonados a las diversas teorías de la conspiración, a hablar de la entropía con cierta laxitud de lenguaje, el concepto de entropía está perfectamente bien definido desde el punto de vista matemático. Según la Termodinámica clásica, la entropía es una variable de estado que caracteriza la fracción de la energía interna de un sistema que nunca podrá ser convertida en trabajo útil. Que sea una variable de estado significa que esta magnitud tiene siempre el mismo valor para un sistema en un estado dado, no importa cómo se haya llegado a éste (por contraposición, el trabajo y el calor son variables de proceso, que están sólo definidas en un proceso de ir de un estado a otro y dependen que cómo concretamente se realiza ese proceso). Esta definición clásica de la entropía, aunque permite calcularla, es poco intuitiva al final, y por ello se suele mencionar más la interpretación de la entropía que nos brindó la Mecánica Estadística. Aplicando el Teorema Ergódico y varios conceptos sencillos se puede demostrar que el concepto clásico de entropía coincide con el valor esperado del logaritmo de la función de partición que describe el sistema. Esta frase es complicada y abstrusa, pero lo que quiere decir intuitivamente es fácil de comprender: la entropía mide el estado de desorden de un sistema. Cuando más ordenado es un sistema, cuando menos probable es que un sistema físico esté exactamente en el estado en que éste se encuentra, menor es su entropía, y a la inversa, a medida que un sistema es más ambiguo y desordenado, a medida que el estado macroscópicamente observado sea más probable su entropía será mayor.


¿Qué significan estas ideas de orden y probabilidad? Cosas que, en realidad, son intuitivas y que experimentamos día a día, y que se puede resumir en una frase común: Las cosas se desgastan con el uso, y que todo tiende a desestructurarse. A descacharrarse, vamos. Los movimientos son imperfectos, las cosas no están en reposo absoluto y así poco a poco las piezas se desencajan, cogen holguras y se rompen. Incluso con un mecanizado perfecto, el simple hecho de que estén a temperatura ambiente hace que haya cierta imprecisión, cierta imperfección, cierto movimiento anárquico y desestructurado: el de las moléculas que forman los objetos.


Un montón de paja perfectamente apilado en medio de la era es algo improbable: normalmente nos encontraremos tal pila porque un agricultor así la ha apilado, pero no como resultado de una fuerza natural. Si ese mismo agricultor abandona la pila a su suerte, el viento, la lluvia, los animales que pasen, la inestabilidad creciente de la pila... harán que ésta se desmorone y al cabo de pocas semanas estará dispersa en un cierto radio alrededor de la posición original de la pila. Si se esperan meses en vez de semanas lo que se encontrará serán vagos rastros de lo que allí hubo. Tal dispersión es fruto de la estadística, de un montón de pequeños movimientos aleatorios, sin una dirección precisa. Estos movimientos aleatorios tienden llevar a la paja a un estado en el que las briznas están diseminadas de manera más o menos uniforme por el suelo. Una tal configuración es indistinguible de otra en que la brizna A se sustituye por la B y la B por la A, o si pongo una brizna un poco más lejos o más cerca. Sin embargo, en la pila ordenada de paja la libertad de disposición de cada brizna está más restringida, porque al final se ha de formar una pila. El estado es menos aleatorio, más prefijado, más determinista, y por ello más improbable. Es decir, de más baja entropía.


Lo que acabo de ilustrar con el ejemplo de la pila de paja es el llamado Segundo Principio de la Termodinámica, uno de los pilares de la Física moderna. Este Principio se puede formular de varias maneras equivalentes, pero una de las más prácticas para la discusión de hoy es la siguiente: en cualquier proceso que uno verifique en un sistema aislado la entropía no puede disminuir. Si hacemos el proceso de una manera extremadamente cuidadosa, teniendo cuidado de no golpear ese ladrillo que se puede romper, de no permitir es holgura que va minando la pieza, movemos con precisión cada parte del sistema, etc... seremos capaces de evitar el crecimiento del desorden. Eso en la práctica es imposible, y de hecho nos lo dice el Tercer Principio de la Termodinámica: sólo a temperatura igual al cero absoluto (-273,13 ºC) puedes mantener la entropía bajo control. La temperatura no es más que una medida de la energía cinética molecular, y sólo a temperatura del cero absoluto las moléculas se están quietas; a cualquier otra temperatura siempre tienes ese movimiento molecular que va desajustando poco a poco tu sistema, que va destruyendo poco a poco la estructura que tan ordenadamente habías construido.

El Segundo Principio tiene también otras implicaciones importantes. Una consecuencia del inevitable crecimiento de la entropía cuando se verifica un proceso en condiciones reales (temperatura diferente del cero absoluto, precisión limitada en los movimientos, etc) es que el aprovechamiento de una fuente de energía para hacer un trabajo útil nunca podrá ser del 100%. Y es que por más cuidadosamente que hagamos el proceso siempre tendremos cierta anarquía, cierta aleatoriedad en el movimiento a escala molecular. Por tanto, al usar nuestra fuente de energía tendremos que pagar un peaje, y una parte de la energía de la fuente se perderá, se disipará, que dirían los físicos. Atención: recuerden que de acuerdo con el Primer Principio de la Termodinámica la energía total de un sistema aislado nunca varía, sólo transformamos un tipo de energía en otra. Y así es: al disiparse parte la energía que queríamos convertir en trabajo útil (el movimiento de un pistón, por ejemplo) se pierde por ejemplo calentando el pistón (es decir, aumentando la energía cinética de las moléculas que lo forman). De hecho, la vía más habitual de disipación en la térmica, la del aumento de la temperatura del cuerpo donde se efectúa el trabajo. La cosa es simple: si cuando Vds. usan una determinada fuente de energía para accionar un motor ven que el motor se calienta en alguna de sus partes (lo que es inevitable por la fricción), no tengan dudas: ahí se ha ido parte de la energía que tenía su fuente, ahí está su pérdida de rendimiento. Por supuesto que la disipación se puede producir y se produce de otras maneras: por medio de ondas sonoras, destellos luminosos, etc. Lo que sucede es que en última instancia todas las formas de disipación convergen en una sola, que es la disipación térmica: las ondas sonoras se degradan hasta la escala molecular, la luz absorbida por los cuerpos es reemitida cada vez a más baja frecuencia hasta llegar al equilibrio térmico, etc. Al final todo acaba traduciéndose en un aumento de la temperatura, lo cual, si se analiza con cuidado, muestra de otro modo la absoluta imposibilidad del crecimiento ilimitado, como brillantemente muestra Tom Murphy en un post reciente discutiendo con un economista.

El hecho de que en un proceso cualquiera la entropía del sistema global siempre aumente hace de la Termodinámica una disciplina peculiar en Física. Y es que las ecuaciones del movimiento que describen las otras ramas de la Física son reversibles en el tiempo (dejemos ahora al margen el problema de la medida en Mecánica Cuántica), pero la Termodinámica es capaz de fijarnos una dirección determinada en el tiempo, una flecha del tiempo. El tiempo avanza en la dirección que crece la entropía, podemos distinguir pasado y futuro simplemente porque cualquier tiempo pasado fue mejor (o al menos, menos entrópico). Es decir, como sabemos que las cosas tienden a desordenarse, a romperse, dada una colección de fotografías podemos saber cuál es su ordenación temporal, que siempre será yendo de lo más ordenado a lo más degradado. En resumen, que todo va siempre a peor, como ya sabemos.

Hay, sin embargo, una curiosa excepción a esta regla general: los seres vivos. Cada ser vivo consigue, durante un período limitado de tiempo -su vida- no sólo no aumentar su entropía sino de hecho disminuirla, al convertirse en su crecimiento en un ser cada vez más estructurado, más ordenado, más improbable si tuviera que ser fruto de las aleatorias fuerzas que operan en el medio físico. Los seres vivos consiguen tal proeza porque no son sistemas aislados, y lo que hacen en realidad es disiminuir su propia entropía a base de aumentar la de su entorno. Por ejemplo, un animal ingiere alimentos perfectamente estructurados (vegetales, carne de otros animales) y expulsa detritus mucho más desorganizados. En última instancia, son las plantas y algas verdes las que consiguen el portento en el que se basa la vida de todos los demás seres vivos, y lo hacen a base de tomar la radiación más energética del Sol y aumentar su entropía reemitiéndola a frecuencias más bajas, en un proceso con baja eficiencia pero han de pensar que la radiación solar ya tiene una alta entropía, y es prácticamente un milagro que las plantas verdes consigan con ello sustentar toda la biosfera planetaria. Con todo, este "milagro" dura un tiempo limitado: a pesar de lo fantástico de los procesos desatados por los seres vivos, no pueden evitar que se vaya acumulando cierta entropía en su interior (radicales libres, acortamiento de los telómeros...). De hecho, la vejez es un proceso de acumulación de entropía, hasta que llega a niveles incompatibles con mantener un organismo estructurado y el ser vivo muere. La estrategia de los seres vivos para continuar su combate es la reproducción, una especie de cápsula de salvamento minimal: reduce la entropía de un pequeño conjunto de células, el cigoto, a base de absorberla él mismo, y lanza esa cápsula de salvamento al mundo para que tenga una nueva vida después de la muerte de su progenitor. En realidad, el aumento inexorable de la entropía no lleva solamente a la necesaria muerte de cada ser vivo, sino en última instancia del Universo completo: la muerte térmica del Universo. La esfera de la entropía es por tanto la esfera de la muerte.


Por tanto, ¿qué es la entropía? La entropía es el pozo de desorden en el que inexorablemente nos vamos hundiendo a medida que vamos transformando el Universo. Suerte que tenemos las estrellas, y en última instancia  el Big Crunch -si es que ése es el destino del Universo-  para hacer un reset y destruir toda la entropía que se haya generado. Pero ésa es ya una discusión que se escapa del ámbito de este blog.


Pero para los efectos que le interesan al lector de este blog, el hecho de vivir en un mundo real, y no uno ideal, hace que inevitablemente los cuerpos estén a una cierta temperatura, con un cierto desorden, y el aprovechamiento de la energía no pueda ser nunca óptima, sino apreciablemente inferior. Así que cuando venga el nuevo vendedor de quimeras a ofrecerle un proceso con un rendimiento del 100% ya sabe por qué debe desconfiar.

Salu2,
AMT

martes, 17 de abril de 2012

Causa y efecto


Imagen de http://silvieandmaryl.com

Queridos lectores,

Los habitantes de un aislado poblado africano tenían una curiosa forma de curar las fiebres que de tanto en tanto devoraban a sus moradores. En aquella tribu era endémico un determinado tipo de insecto parásito, semejante al piojo, y habían observado que cuando una persona perdía sus parásitos enfermaba con violentas fiebres. Por tanto, cuando alguien caía presa de tales males algún portador de los parásitos convivía estrechamente con el enfermo para intentar que volviesen con él. Con la llegada de los primeros hombres blancos y de la medicina moderna se descubrió que en realidad aquellos piojos podían ser portadores de las temidas fiebres y que eran ellos los que la transmitían; pero que cuando su huésped enfermaba las altas temperaturas corporales eran insoportables para los parásitos y lo abandonaban. Por tanto, la fiebre era en realidad un efecto de tener parásitos y no al revés...

Discutimos en un post anterior que el pensamiento mágico constituye un paso hacia el razonamiento adulto ya que es el primer intento por buscar causas que expliquen los fenómenos que se observan en el mundo. Sin embargo, establecer la conexión causal entre dos eventos no es siempre tan obvio como podría parecer. Para que dados dos eventos A y B, para que A sea causa del efecto B es en primer lugar necesario que A sea anterior a B en el tiempo. Por otro lado, B debe ser la respuesta a A y por tanto no poder suceder sin el concurso de A. Estas dos simples condiciones son sin embargo difíciles de establecer en muchas circunstancias del mundo real. Empezando por la precedencia temporal, muchas veces el momento preciso en que empieza o termina un evento es difícil de determinar, y tal delimitación se hace tanto más difícil si para la producción de un cierto efecto han de concurrir varias causas. Así, en el ejemplo de los piojos arriba descrito no basta con tener piojos para desarrollar la fiebre, sino que además éstos han de estar infectados por el fatídico germen, y un análisis somero pueda hacer pensar que la ausencia de piojos causa la fiebre ya que éstos abandonan el cuerpo del enfermo poco tiempo después de declararse la fiebre y posiblemente antes de que nadie puede percibirlo. Por otro lado, establecer inequívocamente que B es la respuesta a A implica que se conoce muy bien la mecánica de A y de B, lo cual está lejos de la realidad sobre todo en procesos complicados como es una enfermedad o los efectos del Peak Oil sobre el mercado. En muchos casos la relación causal entre A y B se establece por la observación concurrente de los dos factores, pero lamentablemente tal tipo de inferencia estadística tiene dos importantes limitaciones. La primera, que por más extensiva que sea la estadística nunca se podrá estar completamente seguro de que la regla observada sea plenamente universal y duradera. La segunda, que si A y B suceden al mismo tiempo puede ser tanto que A sea causa de B, como que B sea causa de A, como que A y B sean ambas efectos de una causa común subyacente y desconocida C. Es por ello preciso validar muy bien este tipo de conexiones, buscando justamente si es posible que A se presente sin B o B sin A, y hasta qué punto A es causa necesaria y/o suficiente de B. 

Un ejemplo habitual de las dificultades en establecer esta asociación causal es la recurrente discusión de la conexión entre peak oil y crisis económica, a saber: ¿es la crisis económica el resultado del estancamiento de la producción de petróleo, o más bien la producción se ha estancado como consecuencia de la crisis económica y la caída de la demanda? Este tipo de debate suele ser bastante enconado, ya que los defensores de que el Peak Oil es la causa última de los problemas se suelen apoyar en hechos geológicos, considerando los hechos económicos como subsidarios, en tanto que los defensores de que la crisis económica es un hecho diferenciado y causante de todos los malos lo suelen hacer en hechos económicos, considerando los geológicos como los subordinados. En realidad ninguna de las dos visiones extremas son correctas: la parte accesible de los recursos de petróleo, las denominadas reservas, dependen de factores económicos y particularmente del precio, así que a precio suficientemente alto se movilizará una mayor parte del recurso; pero por otro lado por más incentivo económico que se dé hay un límite geológico a la extracción de petróleo, que como sabemos se produce cuando la Tasa de Retorno Energético (TRE) es demasiado baja y este límite en la TRE no se ve afectado por el precio (aunque sí por la tecnología pero, como ya discutimos, a mayor desarrollo de la tecnología la TRE generalmente va a peor). Resolver este dilema, saber qué fue primero, si la gallina o el huevo, requiere hacer observaciones adicionales y crear gráficos que crucen las observaciones principales en ambos tipos de aproximaciones, como por ejemplo el siguiente:


Extraído de  Muuray & King, Nature 481, 433435; 2012


La figura encima de estas líneas es lo que se denomina una gráfica de elasticidad, en este caso de la producción de petróleo, y está extraída de un artículo publicado en la prestigiosa revista Nature en Enero de este mismo año (aunque el mismo tipo de  gráfica fue publicada anteriormente por Tom Murphy en Do the Math!, como fue discutido en el post correspondiente). En el eje de las ordenadas (vertical) encontramos el precio medio del barril de petróleo (en dólares), en tanto que en el eje de las abscisas (horizontal) se encuentra el valor medio de la producción de petróleo crudo -solamente, esto es una limitación de este estudio- (expresado en millones de barriles diarios), en ambos casos tomando como horizonte temporal para definir el promedio un mes. Se puede observar dos regímenes claramente diferenciados: los puntos azul-verdoso, que corresponden a antes de 2004, en los cuales la producción de petróleo es muy elástica (pequeños aumentos del precio conducen a grandes aumentos de la producción) y los puntos negros (post-2004) en los que la producción se vuelve bastante inelástica (grandes aumentos del precio sólo producen aumentos marginales de la producción). Este tipo de gráfico sirve para cerrar la boca a muchos economistas (quienes, como sabemos, no entienden el Oil Crash) ya que muestra que los problemas de elasticidad de la producción de petróleo, signo innegable de escasez, son precedentes en el tiempo a la crisis económica de manera inequívoca y persistente. Sin embargo, precedencia no implica causalidad (aunque sea necesario para ella) y por tanto la discusión muchas veces continúa por los derroteros de mostrar la conexión mecánica entre ambos factores, aunque, eso sí, con una posición muy mermada ya para los que defienden la preeminencia de la crisis económica. 

A veces la dificultad de entender las relaciones de causalidad provienen de no ser capaces de distinguir las causas últimas de las causas derivadas. Sucede que con frecuencia los eventos complejos se producen como una sucesión o cadena de eventos, cada uno de ellos siendo causa del siguiente y efecto del anterior. Así, por ejemplo, a veces se dice que la causa de los problemas de muchas familias y negocios es la subida de los precios de los bienes básicos, sin entender que esta inflación es a su vez la respuesta a un problema anterior. Este tipo de razonamiento, que se queda con los eslabones intermedios de un proceso, es habitual entre los analistas económicos, que parcelan el sistema y hacen un discurso muy elaborado pero incompleto por no intentar descubrir cuáles son los primeros principios subyacentes a un proceso.


A la dificultad inherente de establecer relaciones causales entre fenómenos complejos con observaciones limitadas se añade el sesgo que por motivos personales o ideológicos puede estar introduciendo el observador, de forma inconsciente o intencionada. Un ejemplo escandaloso de esto último me lo he encontrado hoy en esta noticia del diario español El Mundo: "La nueva transición". La palabra "transición" tiene muchas connotaciones en España, y en estos tumultuosos días en los que el país se agita en un cierto cuestionamiento de los principios rectores de la Jefatura del Estado el uso del vocablo favorecería que el lectorado prestase más atención al artículo, supongo. Cuál no sería mi sorpresa cuando, al abrir la página web que lo alberga, me encuentro un artículo de fondo sobre Rob Hopkins y el Movimiento de Transición... ¡y encima en la Sección de Economía! Sin embargo, las razones fundamentales del movimiento de transición (la necesidad de adaptarse al Peak Oil y al Cambio Climático) pasan por bambalinas y sin una debida contextualización; de hecho, un lector desadvertido no comprenderá que lo que propone Hopkins es una manera de adaptarse al inevitable colapso de la sociedad industrial tal como la entendemos hoy en día. Teniendo en cuenta que si algo caracteriza a Rob Hopkins es ser un buen pedagogo es completamente imposible que el periodista no haya entendido la gravedad y profundidad de la amenaza del Peak Oil explicada por él, así que sin duda ha optado por dar un perfil anómalamente bajo a esta motivación central del movimiento de transición, probablemente respondiendo a la necesidad de su patrón de no transmitir mensajes demasiado contundentes sobre la imposibilidad de salir de la crisis. Pero al diluir la causa última (una de las causas, en realidad) del movimiento de transición, el efecto (la necesidad de crear este movimiento) queda completamente desvirtuada, y así algunos lectores se permiten comentarios jocosos sobre la banalidad e inmadurez del proyecto de Hopkins. Puesto que sí, descontextualizado de esa manera se ve como una reacción falta de una acción, como un efecto sin causa.

Este problema, el del sesgo ideológico a la hora de presentar las noticias, hace que se separen de una manera radical causas y efectos hasta que sean irreconocibles y prácticamente imposible conectarlos. Tenemos así que por culpa de este despiece a escala masiva nuestros medios de comunicación nos proporcionan una gran cantidad de datos pero muy poca información (ya que información no son sólo datos sino también su estructuración adecuada). El ejemplo que está ahora de actualidad es el de la incautación de los activos de la compañía YPF a la compañía multinacional Repsol. El tema dará sin duda par arduas y prolijas discusiones de los lectores (les recomiendo que escuchen una discusión de hace unos días del programa Radioactividad de Burbuja Radio que se adelantó clarividentemente a este problema); yo sólo quiero dejarles aquí algunas ideas sueltas para ilustrar la mala información que tenemos sobre el caso y las dificultades de formarnos una opinión sensata, al presentarse fragmentariamente el hilo causal. Para empezar, de momento es una incautación y no una expropiación, ya que aún no se ha fijado cuál es el precio de los bienes ahora declarados de interés público y si serán pagados y cuándo. A pesar de lo mucho que se rasga Repsol las vestiduras, conviene recordar que Repsol lleva casi dos años intentando deshacerse de YPF para sufragar sus explotaciones en Brasil; y al no haberlo conseguido ha tenido que asociarse con la china Sinopec para poder desarrollar sus pozos en el país carioca (de hecho, no hace ni una semana Repsol aún negociaba con la china CNOOC la venta de YPF). Pero lo más importante es que suele obviar en las discusiones un hecho dramático que ilustra el siguiente gráfico extraído de la web Flujos de Energía




No hay mucha discusión posible: Argentina llegó a su peak oil particular en 1998 y su ritmo de declive es bastante considerable. Peor aún, en una terrible confirmación del Export Land Model el ritmo de declive de sus exportaciones es el doble de rápido que el de la producción. De hecho, los datos no lo muestran porque Flujos de Energía aún usa los datos del BP Statistical Review de 2011 referidos a 2010, pero en realidad Argentina ha pasado ya a ser un país importador de petróleo, como se mostraba en la última revista de prensa. Tal transición es un mazazo para el país andino y un fuente de fuertes desequilibrios en su balanza de pagos, y origen de múltiples disputas con las empresas de explotación de hidrocarburos en suelo argentino, no sólo Repsol. De hecho, la acusación recurrente a Repsol es la de no invertir lo suficiente para revertir esta situación de declive, sin comprender que el declive tiene una fuerte componente geológica y es difícil, si no imposible en términos económicos, de revertir. En esta tesitura el Gobierno Argentino ha optado por incautarse la totalidad del pastel petrolero, en un intento desesperado de retener un poquito más de esa riqueza que se le escapa de entre los dedos a pasos agigantados.


Así pues, mis lectores españoles, cuando mañana oigan todo el ruido mediático español sobre "el problema argentino" y las represalias anunciadas por el Gobierno español, miren cuántos medios reconocen que lo que nos estamos disputando aquí son los despojos. Y a mis lectores sudamericanos, y particularmente argentinos, les recomiendo que intenten ver cuántos medios van más allá de la soflama patriótica y son capaces de reconocer que la producción de petróleo difícilmente cambiará su curso descendente. En suma, a ver si entre todos son capaces de seguir el hilo causal que les lleve desde las causas últimas a los efectos finales.



Salu2,
AMT 

Post Data: Esta mañana me he encontrado el tren "empapelado" así. Me pregunto quién paga este despliegue de diarios...

Dios mío, la que se va a liar...